El Catatumbo
en crisis:
Desafíos en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario
El Catatumbo, una región ubicada en el nororiente de Colombia, que abarca los municipios de Ocaña, El Carmen, Convención, Teorama, San Calixto, Hacarí, La Playa, Ábrego, El Tarra, Tibú, Sardinata y dos municipios del sur de Cesar que son Río de Oro y González, ha sido históricamente golpeada por el conflicto armado y la presencia de economías ilegales.

En el presente año, la situación ha escalado a una grave crisis humanitaria, con profundas afectaciones para la población civil.
"Lo que se está presentando en el Catatumbo es de extrema gravedad;hay una crisis humanitaria muy fuerte y además de que va a ser sostenida, seespera desafortunadamente que empeore". Defensora del Pueblo, Iris Marín Ortiz, 17 de enero.
Con al menos 43.000 hectáreas de coca sembradas, se mantiene como una de las zonas más impactadas por actividades ilícitas.

Esta realidad ha facilitado la reconfiguración y renovación de actores armados como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el autodenominado Ejército Gaitanista de Colombia (EGC) (antes Clan del Golfo), el EPL, y grupos de las extintas FARC-EP como el Frente 33 y el Comando Danilo García de la Segunda Marquetalia.

La disputa territorial y el control de la frontera colombo-venezolana han sido factores persistentes de violencia, con enfrentamientos documentados entre grupos como Los Rastrojos, ELN, y posteriormente el EGC, que incidieron en hechos violentos como masacres, homicidios de líderes y desplazamientos masivos.

La crisis humanitaria que se vive en el Catatumbo desde el 16 de enero de 2025, tras la escalada militar del ELN contra el Frente 33 de las disidencias de las extintas Farc, se ha convertido en una de las más graves registradas en Colombia en las últimas tres décadas.

Esta situación había cobrado la vida de al menos 117 personas hasta el 28 de abril, incluyendo firmantes del Acuerdo de Paz y menores de edad.

Asimismo, entre el 16 de enero y el 28 de abril de 2025, se registraron 64.783 personas desplazadas, 16.615 confinadas en el marco de la emergencia y con 12.913 confinadas actualmente, además de un patrón sostenido de movilidad humana forzada.
“El desplazamiento masivo causado en El Catatumbo en los últimos días, puede ser el desplazamiento forzado masivo más grande causado en un solo“evento” desde que se tiene registro institucional de desplazamiento en Colombia(1997). Defensora del Pueblo,Iris Marín Ortiz, 24 de enero.
Este especial de la Defensoría del Pueblo de Colombia busca visibilizar la magnitud de esta crisis, sus causas y consecuencias, así como las acciones adelantadas para proteger los derechos de las comunidades afectadas.
Escalada violenta de enero de 2025

Un punto de inflexión crucial se registró a partir del 16 de enero de 2025, desencadenado por un ataque perpetrado el día anterior en zona rural de Tibú, donde fueron asesinados Miguel Ángel López Rojas, su esposa Zulay Durán Pacheco y su hijo de nueve meses, en presencia de su otro hijo menor de edad.

El ELN interpretó este hecho como una acción atribuible al Frente 33. En respuesta, a partir del 16 de enero, el ELN lanzó una ofensiva armada coordinada contra posiciones del Frente 33, concentrada en municipios como Teorama, Convención, San Calixto y Hacarí.

Esta ofensiva tuvo como consecuencia directa la afectación de personas protegidas por el Derecho Internacional Humanitario (DIH), incluyendo firmantes del Acuerdo de Paz, líderes y lideresas sociales, y población civil.

Los enfrentamientos violaron principios fundamentales del DIH como el de distinción, legalidad, humanidad y precaución.

Como resultado, se produjo el desplazamiento masivo de miles de habitantes, afectaciones a la vida e integridad de las personas, y el confinamiento de comunidades.

Entre el 16 y el 20 de enero, más de 11.000 personas fueron desplazadas forzadamente, con Ocaña y Cúcuta como principales ciudades receptoras, superando sus capacidades de atención.

La crisis también impactó la educación, llevando a la modificación del calendario académico y el desplazamiento de más de 500 docentes, dejando centros escolares rurales sin cobertura educativa.
Declaratoria de conmoción interior

Ante la gravedad de la situación, el 24 de enero de 2025, el Gobierno Nacional declaró el Estado de Conmoción Interior mediante el Decreto 0062, con una vigencia inicial de 90 días.

Esta medida abarcó la región del Catatumbo, el área metropolitana de Cúcuta, y los municipios de Río de Oro y González en Cesar.

La declaratoria fue acompañada por 24 decretos legislativos con facultades extraordinarias, orientadas a contener la crisis humanitaria y garantizar el orden público. Aunque el Gobierno sostuvo haber incrementado la presencia de la fuerza pública, esto generó preocupación en la población civil.


La Defensoría del Pueblo, en cumplimiento de su mandato, intervino ante la Corte Constitucional solicitando la exequibilidad del decreto declaratorio pero pidiendo revisión de la pertinencia de las medidas y la realización de una audiencia pública territorial.

La Defensoría consideró que el decreto cumplía los requisitos formales y materiales, pero pidió analizar su necesidad y proporcionalidad dado su carácter excepcional.

El Gobierno dispuso levantar el estado de conmoción interior a partir del 24 de abril, aunque prorrogó por 90 días la vigencia de once decretos legislativos relacionados con sectores como agropecuario, transporte, turismo, agua, saneamiento básico, vivienda, protección de tierras, sustitución de cultivos y atención humanitaria, reconociendo que persisten condiciones adversas.
"La crisis en el Catatumbo sella la muerte política del ELN al romper cualquier conexión que pudiera quedar con su caracterización como un grupo de personas que se alza en armas contra un Estado que considera injusto”. Defensora del Pueblo,Iris Marín Ortiz, 1 de febrero.
Intervenciones ante la Corte Constitucional
Escenario actual y prospectiva de riesgo

El análisis del Sistema de Alertas Tempranas (SAT) y las defensorías regionales de Ocaña y Norte de Santander identifican tres posibles escenarios de evolución del conflicto armado en la región:

Intensificación de la disputa territorial:

La confrontación entre el ELN y el Frente 33 tiende a prolongarse, con alta intensidad en municipios como Tibú y El Tarra, generando desplazamientos, confinamientos, restricciones a la movilidad y uso de medios y métodos deguerra no convencionales.

Consolidación territorial del ELN:

El ELN busca expandirse y consolidar su control social, normativo y económico en áreas como Ocaña, Convención y Sardinata, debilitando la institucionalidad y restringiendo libertades fundamentales de la población y su acceso a servicios públicos.

Los retornos de personas desplazadas podrían estar condicionados.

Ingreso del Ejército Gaitanista de Colombia (EGC):

Existe un riesgo latente de expansión del EGC desde zonas de influencia en el sur del Cesar, Bolívar y Magdalena Medio, lo que introduciría un nuevo actor y elevaría la confrontación, multiplicando amenazas contra la población civil como violencia selectiva, extorsión y reclutamiento forzado.

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Estos escenarios reflejan una tendencia hacia la intensificación del conflicto armado. Pese al despliegue militar, persiste una limitada capacidad de contención efectiva, aunque se mantiene un margen de acción humanitaria gracias al trabajo articulado de diversas entidades y organizaciones.

Desafíos humanitarios, sociales y de derechos humanos

A continuación, se relacionan los principales desafíos humanitarios identificados que requieren acciones urgentes y coordinadas en la región:

  • Atención humanitaria: Atención integral a más de 64.000 víctimas de desplazamiento forzado, garantizando seguridad para retornos seguros y dignos, verificación de condiciones en albergues, asistencia con enfoque diferencial y psicosocial, y protección a población migrante vulnerable. El balance humanitario es alarmante, con 64.783 desplazados y 12.913 confinados actualmente (a 28 de abril de 2025), 117 homicidios, y 5 firmantes desaparecidos.

  • Educación: Protección de entornos escolares cercanos a zonas de combate y garantía del derecho a la educación ante el desplazamiento de docentes y estudiantes.

  • Retorno y reubicación: Acompañamiento institucional en procesos de retorno seguro y planificación de reubicaciones voluntarias con garantías de estabilización.



  • Garantías para firmantes de paz: Implementación de medidas de protección ante riesgos, evaluación de la reubicación del Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (AETCR) de Caño Indio, avance en investigaciones por violencias, establecimiento de entornos seguros y acceso efectivo a programas de reincorporación. Persiste la estigmatización.

  • Garantías para líderes, lideresas sociales y personas defensoras de derechos humanos: Garantía de condiciones seguras para el ejercicio del liderazgo, articulación interinstitucional para prevención y protección, respuesta prioritaria a riesgos e implementación efectiva del Decreto 137 de 2025, que adoptó medidas extraordinarias e integrales de protección para personas, grupos y comunidades afectadas por las graves violaciones a los derechos humanos y DIH, ocasionados por grupos armados organizados y otros actores violentos.

  • Garantías para funcionarias y funcionarios públicos: Medidas idóneas para servidoras y servidores públicos amenazados o trasladados, procesos efectivos de evaluación de riesgo y fortalecimiento de infraestructura judicial. • Garantías para los pueblos indígenas Motilón Barí y Yukpa: Adopción de medidas de protección con enfoque étnico, salvaguarda del territorio y bienes, libre tránsito por sus territorios, prevención de retornos a zonas minadas y garantía de participación.

  • Violencias basadas en género – afectaciones a mujeres y población OSIEGD: Implementación efectiva de la estrategia contra la trata de personas, protección en casos de explotación sexual y trabajo forzado, establecimiento de registros detallados y protección para familiares de firmantes. La Defensoría conoció el caso de 62 mujeres que interpusieron una denuncia ante fiscalía por las redes de trata y explotación sexual operadas por grupos armados, de las cuales fueron víctimas en busca de oportunidades laborales.

  • Niños, Niñas, Jóvenes y Adolescentes: Prevención del riesgo de reclutamiento forzado, programas de alimentación diferenciada, garantía del derecho a la educación con atención psicosocial y simplificación de trámites. Según información del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), entre enero y febrero de 2025, se desvincularon al menos 42 niños, niñas y adolescentes, principalmente por entrega voluntaria.

  • Sustitución de cultivos de uso ilícito: Abordar la persistencia de cultivos como condición de vulnerabilidad, impulsando la erradicación voluntaria con garantías de seguridad, acceso a tierras y alternativas sostenibles.

  • Pacto Catatumbo: Impulsar la implementación de iniciativas formuladas por las comunidades para orientar la ejecución de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), garantizando claridad, transparencia, un sistema de seguimiento participativo y la concreción de acciones estructurales, superando la inseguridad jurídica por su falta de publicación formal.

Recomendaciones de la
Defensoría
del Pueblo

Ante este panorama, la Defensoría del Pueblo emitió recomendaciones urgentes dirigidas a diversas entidades:

  • Atención humanitaria: Verificar condiciones en albergues, brindar respuesta integral y coordinada con enfoque diferencial, fortalecer mecanismos de atención y orientación a víctimas, asegurar entrega oportuna de kits alimentarios y atender urgentemente a la población migrante.


  • Educación: Fortalecer entornos escolares, garantizar continuidad educativa en emergencia, adoptar medidas para permanencia escolar de desplazados e implementar planes de protección para docentes.

  • Retorno y reubicación: Reforzar rutas de protección, evaluar reubicación del AETCR Caño Indio, implementar medidas para continuidad de servicios esenciales, garantizar protección de datos personales, recuperar proyectos productivos afectados, adoptar medidas financieras urgentes, garantizar acceso inmediato a salud y atención psicosocial culturalmente pertinente.

  • Garantías para firmantes de paz: Implementación de medidas de protección ante riesgos, evaluación de la reubicación del Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (AETCR) de Caño Indio, avance en investigaciones por violencias, establecimiento de entornos seguros y acceso efectivo a programas de reincorporación. Persiste la estigmatización.

  • Garantías para líderes, lideresas sociales y personas defensoras de derechos humanos: Implementar medidas de protección efectivas, activar mecanismo extraordinario del Decreto 137, diseñar medidas de reubicación seguras e implementar planes de prevención y protección colectiva.



  • Garantías para funcionarias y funcionarios públicos: Priorizar seguridad integral de alcaldes, personeros y servidores públicos, fortalecer procesos de evaluación de riesgo y garantizar el uso de lenguaje institucional respetuoso para prevenir estigmatización.



  • Violencias basadas en género – afectaciones a mujeres y población OSIEGD: Transversalizar el enfoque de género en todas las acciones institucionales, activar rutas de protección y asistencia para trata de personas y violencias sexuales, implementar programas de atención diferenciada para víctimas, establecer mecanismos de registro y análisis de casos de violencia basada en género y contra población OSIEGD y diseñar rutas de acompañamiento y protección para familiares de firmantes.

  • Niños, Niñas, Jóvenes y Adolescentes: Fortalecer atención psicosocial diferenciada y garantizar la reunificación familiar.



  • Sustitución de cultivos de uso ilícito: Reestructurar y financiar eficazmente el programa de sustitución con enfoque participativo.

  • Pacto Catatumbo: Formalizar y publicar el documento final, implementar un sistema de seguimiento transparente y participativo, alinear inversiones de conmoción interior con las metas del Pacto y garantizar la participación comunitaria en su implementación.

Acciones de la Defensoría del Pueblo


La Defensoría del Pueblo ha tenido un rol central en la visibilización y atención de la crisis. Entre 2020 y 2024, la Defensoría emitió cinco Alertas Tempranas sobre los riesgos derivados de disputas territoriales en el Catatumbo y zonas aledañas. Estas fueron AT 050-20: Tibú (Estructural), AT 025-21: El Tarra y San Calixto (Estructural), AT 009-23: Bucarasica, El Zulia y Sardinata (Estructural), y AT 026-24: González y Río de Oro (Cesar), Abrego, Convención, La Playa, Ocaña y Teorama (Inminencia) AT 027-24: Los Patios, Puerto Santander, Cúcuta y Villa del Rosario (Estructural)

“La Defensoría lanzó varias alertas sobre el Catatumbo desde 2020. Una última alerta de inminencia [de noviembre de 2024] detectaba un escenario de riesgo muy real y concreto. Creo que como Estado no le dimos la suficiente atención a la gravedad del asunto”. Defensora del Pueblo, Iris Marín Ortiz, 1 de febrero.

A través de su Sistema de Alertas Tempranas (SAT), la Defensoría formuló recomendaciones para mitigar los riesgos. Sin embargo, en enero de 2025, los ataques a la población civil desencadenaron una crisis humanitaria sin precedentes en la región.

En Norte de Santander, la Defensoría del Pueblo emitió varias alertas y realizó seguimientos, entre ellos la Alerta de Inminencia 026 de 2024, que advertía sobre la posible ruptura del cese al fuego con el ELN y las crecientes tensiones con las disidencias de las FARC (Frente 33). El documento señaló riesgos como la violación de acuerdos de coexistencia, el avance de grupos armados y la comisión de graves vulneraciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario.

Participó en la constitución de la Comisión Humanitaria para la Región del Catatumbo el 3 de febrero de 2025, junto a la Iglesia Católica y la Misión de Verificación de la ONU, con el objetivo de abordar la situación en la región, en aras de mejorar la vida de las personas en situaciones de vulnerabilidad. Su mandato incluye facilitar liberaciones, solicitar corredores humanitarios y acompañar retornos.

La Defensoría del Pueblo documentó y denunció infracciones al Derecho Internacional Humanitario cometidas por actores armados. También intervino ante la Corte Constitucional frente al decreto de conmoción interior y sus desarrollos, y ha recibido a adolescentes desvinculados de grupos armados. Además, ha acompañado a organizaciones sociales y presentó acciones legales, como una tutela contra la Unidad Nacional de Protección (UNP), con el fin de asegurar medidas de protección efectivas.

Descargar:­­  El Catatumbo en crisis: desafíos en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario